El destino de Heydar Aliyev es el destino clásico de un líder soviético. No solo típico, sino incluso más alto que lo típico, una especie de destino concentrado de un hombre que, a diferencia de sus colegas, saltó dos veces a la cima. Gobernó la República bajo los bolcheviques, se mantuvo al margen hasta 1993 y luego volvió a saltar a la cima. Para mí este es el rasgo principal de su destino, su naturaleza. Hizo lo imposible: entró dos veces en la vida de su república y de su pueblo.