El proceso de transición avanza con fuerza en todas las repúblicas que formaron parte de la antigua URSS y ahora han obtenido la independencia. En tales circunstancias, se necesitan líderes sabios para proteger a su pueblo y su país de caer en una situación peor. En este sentido, hay razones para ser optimistas sobre el futuro de su país.
Los pasos democráticos que ha dado en su república son muy apreciados en los países occidentales. Entendemos lo que significa ser vecinos de grandes países y algunos de ellos no son amigos. Sabemos las dificultades que causa a Azerbaiyán el problema de Nagorno-Karabaj.