En los últimos años, tuve el honor de reunirme varias veces con Heydar Aliyev. Heydar Aliyev, como todos los que lo conocieron, vivirá en mi memoria no solo como un estadista que dedicó toda su energía al bienestar de su país y del pueblo de Azerbaiyán, sino también como una persona de principios que siempre estuvo lista para nuevas ideas. Y el diálogo, y se mantuvo fiel a sus convicciones.