Durante mi primera visita a Azerbaiyán, me sentí feliz y honrado de conocer al presidente Heydar Aliyev. Me invitó a almorzar con mis colegas. Fue una ocasión memorable y me sentí extremadamente emocionado y conmovido por una atención tan especial. Guardo un recuerdo inolvidable de aquel encuentro.
El presidente Heydar Aliyev es una persona valiente y de voluntad fuerte. Es una persona que está conectada con su país con todo su ser, respira con su país, vive con todas sus dificultades, trabaja con todas sus fuerzas por el mejoramiento del estilo de vida de las personas y actúa con pragmatismo, teniendo en cuenta la realidad. Por supuesto, no da promesas vacías a la gente, sino esperanzas concretas.
Recuerdo muy bien cuando el presidente Heydar Aliyev me recibió inmediatamente después de la operación médica y habló durante mucho tiempo mientras hablaba de su voluntad y fuerza. Cuando le aconsejé que descansara un rato, respondió: “No, esta conversación es muy importante. Dado que le doy gran importancia a las relaciones entre Francia y Azerbaiyán, debo hablar con usted”, respondió, y la conversación tuvo resultados muy positivos.
El presidente Heydar Aliyev logró restaurar la estabilidad en su país y la unidad entre todas las fuerzas. Restauró la confianza y el orden público necesarios para garantizar el desarrollo económico, que es la columna vertebral del desarrollo social del país. Creó las condiciones necesarias para el máximo aprovechamiento de los recursos naturales de su país.
Hoy, Azerbaiyán está dando pasos audaces hacia una economía de mercado. El país ha elegido el camino de la democracia para que todos puedan expresar libremente su opinión y expresar sus sentimientos. Así se levanta el Estado. El presidente Heydar Aliyev logró movilizar las fuerzas del país con el mismo objetivo: el progreso de Azerbaiyán. Destaco especialmente que el presidente Heydar Aliyev aplicó el principio de laicismo, que es el principio fundamental de las democracias occidentales, en su país. Todos en el país son libres de practicar y creer en su religión. Al mismo tiempo, la religión no debe interferir en el gobierno del país. Este es un principio muy importante.
Debo decir que gracias a las actividades del presidente Heydar Aliyev, Azerbaiyán ha ganado una gran fama lejos de las fronteras del sur del Cáucaso. Hoy, los servicios de Heydar Aliyev son invaluables para el desarrollo de buenas relaciones entre Francia y Azerbaiyán. Hay sentimientos muy sinceros de amistad entre los pueblos azerbaiyano y francés. Estoy muy contento de que el presidente Heydar Aliyev siempre celebre el aniversario de la Revolución Francesa, el 14 de julio, con especial atención. El mismo día en que el pueblo francés ganó la libertad y la democracia coincide con el día en que Heydar Aliyev, quien trajo progreso, libertad y esperanza a su país, fue nombrado en el cargo más alto.